lunes, 1 de abril de 2019

La lección que me dió una bebé


Una vez, llegué a casa de mi abuela, mi tía estaba allá con su bebé. Supe que estaba en la cuna y cuando entré al cuarto, aun estaba dormida. Mientras, la miré un rato y la vi despertar. Me miró fijamente sin llorar y comencé a hacerle moriquetas. Por el cual, ella estaba sonriendo. Hace al rededor de 5 años de ese suceso. Pece al tiempo, aún lo recuerdo y algo que aprendí algo de lo que le llaman : "hacerle gracia".

Tal vez, no era mi deber hacerle moriquetas para hacerla sonreír, pero aproveché mi derecho a interactuar con otros, y yo mismo me di el deber de hacerlo. Usando mi "deber" para que otro viva su "derecho" (el de ser feliz, al menos por ese momento) sin que ella tenga que dar o hacer algo a cambio, es lo que lo hace "una gracia". Porque no fue mi obligación el haberlo echo, lo hizo porque fue mi voluntad darme el deber.


Por otro lado, tenemos un problema como seres humanos, y es el creer que todo nos cae por derecho (que algo o alguien tiene el deber de...a nosotros). Por eso, ni siquiera agradecemos cuando alguien nos hace algo que no tenía el deber legal o moral de hacer por nosotros dándonos un beneficio que podíamos perder sin su intervención. Y esta idea de que todo es por derecho, destruye nuestro sentido de agradecimiento, humildad, respeto y empatía por los que se sacrificaron por nosotros (un ejemplo de esto es nuestra falta intensa de patriotismo porque no nos sentimos agradecidos de la libertad que nos dejaron); por creer que todo lo puedo tener por derecho (muchas veces sin conocer ni nuestras leyes) y perder nuestro sentido de un humilde agradecimiento perdemos la noción de cuando algo es derecho y cuando es deber. A raíz de esto, no es verdad que porque se te haya dado todo gratuito en algún aspecto de tu vida, eso sea sinónimo de que tenías derecho a tenerlo en primera lugar. Más bien, estoy seguro que muchas de esas cosas, fueron derechos que otros tenían y que se dieron el deber de dártelo. Un ejemplo familiar en esto es cuando el auto de un padre se lo regalan al hijo. Ahí no se le da el vehículo por derecho sino por gracia. Disfruta las gracias que se te dan en la vida, pero no pierdas tu humildad y consciencia de que fue por gracia y por ello debería crecer tu sentido de agradecimiento.

Lo que también es verdad, es que detrás de el "poder tener derecho," está la "obligación a cumplir un deber" a causa de lo primero. Lo demás, es pura gracia. Dicho de otra forma, cuando tiene un derecho también se te está dando un deber. Stan Lee lo decía en Spiderman diciendo: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Igual que en un hospital: tenemos derecho a la atención médica siendo un paciente, pero tenemos el deber de esperar nuestro turno; tenemos derecho a poder hacer turismo interno, pero tenemos el deber de buscar los medios para movilizarnos a los lugares que deseamos ir. En ese último ejemplo, tomemos en cuenta que quien no tiene para cumplir su deber, tampoco hace ejercicio de su derecho (porque en ese caso no estará viajando). ¿Pero y si alguien nos lleva? ¿Y si nos becan el viaje y la movilización? ¿Si en el ejemplo del hospital nos dan el primer turno por estar con una herida de muerte? Eso es romper nuestro deber de esperar el turno. Pero como bien traté de aclarar anteriormente: "Gracia" le llaman a todo eso; "alguien te concedió la gracia de poder hacer eso sin tener que esperar".


La gracia es también cuando alguien te quita la necesidad de realizar un deber consiguiendo que solo tengas que vivir tu derecho, sin costo alguno. En el mejor de los casos, sin interés de que te devuelvan el favor por haberte da la gracia. Lo que sucedió con mi pequeña prima, es ejemplo de eso.

Que Dios no tenga el deber de intervenir en nuestras vidas por fallarle pero aún así lo haga para darnos la libertad del pecado original, hace de su acción la gracia de nuestra libertad del pecado. "...no están bajo la Ley sino bajo la gracia" [Romanos 6,14]. Eso es otro gran ejemplo de lo que es darle a otros lo que no se ganaron por merecerlo, porque sean las reglas o tu deber, sino porque tú quieres. Con el ejemplo de Cristo, que pasó haciendo el bien, tenía un corazón abierto a todos y denunciaba el mal anunciando la verdad, todos los que nos damos el derecho de profesarnos cristianos tenemos el deber de emularlo en nuestra realidad de vida, que es vivir dándose el derecho a amar (expresar actos de caridad a los demás). Obviamente, tratando de que no sea para cumplir el deber cristiano como si fuera una regla o mandato sino tratando de que sea cada vez más nuestro deseo, y que sea por la misma razón que Él: por gracia (por darnos el deber a nosotros mismos para alguien más, en este caso: Dios).

Así que en definitiva, usemos nuestros derechos, pero seamos lo suficientemente responsables para cumplir nuestro deber; demos las gracias a quienes nos hacen una gracia; deseemos dar acciones de gracias a los demás devolviendo "bien por bien". Eso motiva mucho a seguir extendiendo esa gracia ya que todos tenemos algo que dar que nadie más podrá darlo como nosotros. Y sobre todo, deseemos de todo corazón que el hacer acciones de gracia a los demás sea parte de nuestra persona.

Siempre personas nunca inpersonas.
#el_impopi

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