Estaba en una guagua de camino a mi casa. Yo estaba en el asiento que queda en la puerta, la cual estaba abierta y: "¡Atento! Que estás en una posición muy delicada. Quítate eso de los oidos (señalando los audiculares) y mantente alerta, que donde estás cualquier cosa puede pasar (refiriéndose a caerme)" escuché que me decía un señor de cabello largo, una vez cruzamos miradas y se aseguró que yo le atendiera.
Eso que me dijo fue muy curioso, no fue algo muy alarmante por la experiencia y seguridad con la que suelo sentarme (y esa vez no era la excepción), y tampoco lo consideré como algo de cuidado como él lo presentó con su expresión facial y su tono de voz en preocupación. De todos modos, le hice caso y me quité un audífono (realmente nisiquiera estaba escuchando nada), pero cada quien comparte lo que tiene para aportar, y ese señor compartía conmigo su preocupación por mi vida y el vivir una tragedia que entiende que puede evitar o al menos aportar un granito de arena para que disminuya la posibilidad de que ocurra. Eso se lo agradezco y lo hice en aquel momento. Deberíamos estar en disposición y con el valor de hablar con un desconocido, solo por desear verle mejor o al menos no verle peor.
Actualmente estoy viviendo en un gran grupo de responsabilidades. Unas más relevantes que otras. Y en algunas soy el encargado de un grupo de personas. Eso que me dijo el señor en aquella guagua lo medite de igual forma no tan solo para ese momento, sino para toda una vida... En mi caso, para la mía.
¿Tengo claro que estoy en una posición peligrosa? ¿Peligrosa en qué sentido? En qué todo lo que suceda es responsabilidad mía, en que se disminuya o en el permitir que suceda por negligencia como líder. Estoy actualmente entre ser dejar cosas como están, cambiarlas o quitarlas. Tristemente, eso me hace cómplice de las cosas que desee ignorar o que por tener otras prioridades no las aborde en su momento o con la suficiente atino y astucia. A eso, se le agrega que entraré en las categorías de ser permisivo (dejar que pase todo), psicorigido(no dejar que pase nada sin mi consentimiento) o prudente (saber cuando dejar que las cosas caían solas, cuando controlar las cosas o incluso cuando esperar para actuar y tomar una posición ante un tema). Y todo esto, porque ahora el administrador y regulador de lo que entre o salga de ese grupo de personas, soy yo.

Ya puedes ver todo lo que puede generar en mí un consejo o un comentario. Incluso, sea del todo cierto o en parte, o tal vez hasta sin aplicar en mi caso, para mí el simple hecho de que se comparta una información que pudo haberse callado y no decirse, me dice más de lo que crees. Y es algo que valoro totalmente. Espero, también puedas acojer este consejo que no quise tomar para mí solamente sino compartirlo con ustedes, que posiblemente también estás sentado/a en la orilla y tal vez no lo sabes.