
En Thor Ragnarok (2017) vemos la lucha de recuperar lo que hace a Thor el heredero legítimo de su nación (Asgard). Un camino que se ve tronchado por Hela la diosa de la muerte. Quien no tan solo provoca la perdida del martillo de Thor (El Mjolnir), sino también la perdida de su propio reino, matando a casi todos los que le servían al Rey Odín (padre de Thor). A eso, se le suma que El Rey Odín desaparece por cuestiones de no contar tantos spoilers, me reservaré.

Su padre: Odín es la persona a quien más admira y ama Thor, siendo para él, todo lo que un padre desearía ver en su hijo: Un reflejo de su juventud, pero mucho más pulido, gracias a los consejos del mismo Odín. Al Thor encontrarle, luego de algunos obstáculos para dar con él, se da cuenta de que su padre confía en él y le ama plenamente. Pero una vez más tienen que separarse. Y esta vez, Thor debe de asumir que habrá una distancia entre él y su padre Odín.
Su poder: Thor pierde en su primera batalla directa contra Hela, quien con un poco de su poder, destruye el poder que poseía Thor... el poder del Mjolnir. Aunque logra escapar con vida, no logra recuperar su amado martillo. Y luego deberá de resolver como vencer a Hela sin su poder de los rayos.
Su Reino: Hela invade el reino de Asgard que ahora no posee al Rey Odín ni a su más poderoso protector Thor. Matando a casi todos los de más alto nivel y protectores restantes, Hela se proclama la nueva reina. De esta forma Thor pierde el contacto con su padre, la conexión con su poder y la herencia del reino de Odín, su padre.
Al final, necesitando mencionar algunos detalles sumamente reveladores de la trama: Thor logra tener un ultimo contacto de mentoría con Odín y este le revela que él "no es Thor el dios de los martillos. Es Thor el dios del trueno". Adicional a esto, logra conectar con el poder que nunca fue del martillo, sino suyo en su ser. El martillo solo le daba esa conexión mucho más directa y le ayudaba a sacar sus rayos mientras aprendía a expulsarlos por sí mismo. No obstante, también Odín le aclara a Thor que Asgard no es un pedazo de tierra, más bien, es su gente la que hace que su reino tenga sentido y por eso no es un "dónde", es un "quiénes".
Como un Hijo Prodigo [Lucas 15,11-32] perdemos muchas veces nuestro contacto nuestro Padre, Dios. Pero no entendemos que a diferencia de Odín, Dios-Padre está atento a sus hijos y no quiere irse lejos de nosotros a donde tengamos que esforzarnos para encontrarle. ¡No! Él está ahí siempre para tí, esperando a que con una admiración, respeto, confianza y apertura incluso mayor a la de Thor con Odín, tu le abras tu corazón (le digas tal cual como te crees sentir, le digas lo que crees que necesitas y le digas lo que crees que no necesitas cerca de ti para que lo aleje).
Muchas veces, solemos perder toda la gracia de fe que Dios ha depositado en nosotros creyendo que somos indignos de poseer el poder más grande que un ser humano puede tener (el amor de Dios). Quedando peor que Thor. Perdemos nuestra batalla contra el Demonio, las tentaciones el mundo, nuestra propia concupiscencia y para colmo de males, nos dejamos usar para entonces hacer que otros pierdan la suya. No aferramos a la idea de lo "supersticioso". Como cristianos, sabemos en fe que la Revelación en Jesucristo es verdadera y real, pero todo lo que venga de ideas mágicas y sobre todo que se encadenen a santerías con objetos específicos de forma desproporcionada, termina siendo anticristiano. Tal cual como muchas veces nos pasa con Las Sagradas Escrituras: La Biblia. La Santa Palabra de Dios no es un conjunto de libros ordenados según la versión del momento. La Santa Palabra de Dios es el mismo Jesucristo que es el Verbo encarnado. Es una persona, no un objeto. A diferencia de lo que podrías pensar, no te invito a dejar de lado la Biblia con la idea de que "no sirva". ¡Nunca! Lo que si te invito es a recordar que lo que lo hace Sagrada no son sus palabras escritas, es el contenido de la Voluntad de Dios, que en segunda instancia fue plasmada con palabras escrita. Por eso, no importa la traducción, sino el que puedas extraer la verdadera e inmutable Santa Voluntad de Dios al leer cada frase. Ahí es que radica nuestro poder como cristianos. Y que todo aquel que se adhiere a la familia de los hijos de Dios con el bautismo, obtienen gratuitamente por fe. Y a diferencia de Thor nuestro poder no se manifiesta como rayos... nuestro poder de cristianos se manifiesta en obras.

Tristemente, en el peor de los casos dejamos atrás todo lo que tenga que ver con el Reino de los Cielos. Y de esta forma, dejamos morir ese reino del cual nos han echo coherederos por adherirnos a Cristo [cf Romanos 8,17]. Debemos de buscar "el reino de Dios y su justicia" (osea, el hacerlo visible), pero muchas veces no nos sentimos parte de ese reino por distintas circunstancias y sentimientos. Más no somos Dios (el Rey) y tal vez por eso no podemos decidir quienes están y quienes no. Pero si podemos decidir nuestra estancia o no en el mismo. Y esa estancia debe de ser una permanencia constante y firme. Pero muchas ocasiones nos hacemos los locos y no queremos entender lo que Thor entendió en el 2017: "El reino al que pertenece, no está compuesto por castillo ni un pedazo de tierra. Es la lealtad de un grupo de personas que han decidido ser parte del mismo". A veces, y solo a veces olvidamos esto y queremos hacer del Reino de los Cielos un lugar (la parroquia) o un pedazo de tierra (Palestina y toda Tierra Santa), incluso me atrevería a decir que a veces convertimos el Reino de los Cielos en un grupo de fechas históricas (Tiempo del Pueblo de Israel hasta la muerte de los Apóstoles y la primera generación de discípulos). De esta forma, perjudicamos limitando nuestra visión del Reino de Dios y lo asimilamos como algo "imposible" o "ilógico" en nuestro diario vivir. Porque pensamos: "estoy en la universidad, no en la parroquia, por eso no tengo que evitar maldecir o mentir"; "estoy en el trabajo, no en un retiro, así que no tengo que buscar ningún momento para orar a Dios" y cosas como: "estoy en la casa de un amigo o en el bar, no en una vigilia, así que no tengo por qué mostrarles nada de mi fe a mis amigos. Incluso me abstendré de defender mi fe si me atacan para no pasar por fanático/a". Thor buscaba su reino y lo encontró en su gente. ¿Nosotros estamos haciendo lo mismo y lo encontramos en nuestros hermanos en fe o son los demás que buscan el Reino de Dios y no lo encuentran en nosotros?
"Gente del oriente y del poniente, del norte y del sur, vendrán a sentarse a la mesa en el Reino de Dios" [Lucas 13,29]. Nosotros podemos ser verdaderamente parte de ese Reino, con toda la gracia de Dios (que dramáticamente podríamos llamar: "Poder") y sobre todo con una relación permanente y restaurada con nuestro padre, Dios. Levanta tu martillo de la humildad y la reconciliación... mientras respires, aun serás una persona digna de hacerlo. Y con ello abraza todo el amor que Dios desea compartir contigo. Dios bendice.