sábado, 27 de junio de 2020

Nuestras verdades

¿Si en otra vida viviéramos lo que el prójimo a vivido anteriormente, seríamos capaces de entender y empatizar el por qué son como son? ¿O somos tan cabeza dura como para que ni en otra vida, u otra oportunidad abramos el corazón al corazón del otro?

Un hombre estaba tratando de mantener viva una lengua muy vieja, contenida en una traducción de una única biblia qué lo contenía. Resulta que necesitaba de un aprendiz para que le ayude a enseñar a un grupo de personas esa misma lengua que se estaba muriendo y así pudieran reproducirlo a las diferentes generaciones. 


En un momento en que el aprendiz ya dominaba la lengua a la perfección, el hombre se fue y dejó al joven como maestro. Pero años después, el hombre volvió otra vez al pueblo y vio al maestro con la Biblia en una mesa, al frente. Y también alrededor de la Biblia había unas 3 personas. Aunque miraban la Biblia, la leía desde donde estaban sentados.

Entonces el hombre se dio cuenta que ellos habían aprendido a leer ese idioma por medio de la Biblia, pero solamente desde su punto de vista. No podía leerlo derecho, pues el que estaba al frente de la Biblia aprendió a leerlo al revés. Quién estaba de lado había aprendido a leer en diagonal. Y quién estaba del otro lado también había aprendido a leerlo en diagonal pero a la inversa.
Una gran lección que nos da el aprender a sentarnos en el lugar correcto para entender las verdades que se nos revelan, especialmente las de fe. Sin embargo, tristemente no hemos querido dar cuenta de que muchas veces no queremos movernos de nuestro punto de vista. Y aprendemos a ver de forma errónea una verdad ajena.

Aunque hablen de la misma biblia; aunque ya sepan leer la misma lengua; aunque hayan tenido el mismo Maestro, nunca se pondrán de acuerdo en cómo debe de leerse ni en si el otro lo ve de la forma correcta. Porque se sentaron y se acomodaron a su zona de Confort. 

Vivamos lo nuevo qué nos trae cada día. Lo viejo, resolvamoslo de poco a poco. Qué lo viejo no estorbe a lo nuevo. Y que la comodidad no nos haga ciegos para aprender a ver las cosas de una manera diferente.

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